En un mundo empresarial cada vez más complejo y cambiante, la inteligencia emocional se posiciona como una de las competencias clave para liderar con eficacia y humanidad. Borja Vilaseca, en su inspirador libro “El Principito se pone la corbata”, plantea una poderosa reflexión sobre el cambio de paradigma necesario en las organizaciones del siglo XXI.
A través del personaje de Pablo Príncipe, un joven idealista que decide transformar la cultura de su empresa desde dentro, Vilaseca no solo nos habla de empresas, sino de personas. Su historia es una invitación a la transformación personal y organizacional, donde el éxito empresarial no se mide únicamente por cifras, sino por el bienestar de quienes hacen posible ese éxito.